Adela Ezcurra

Estudiar en la University of New South Wales es una experiencia muy buena en muchos sentidos. Desde el punto de vista académico, porque los profesores son excelentes, ejercen la profesión y se dedican a la investigación, con lo cual están actualizados y además son muy accesibles. En cuanto a material bibliográfico e instalaciones, los recursos disponibles son tantos que apenas llego a usar algunos. El campus es como una pequeña ciudad, cualquier cosa que uno necesite, urgente o no tanto, la consigue; sea de la biblioteca, la farmacia, el banco, librería, papelería, comida, un médico y hasta un sacerdote. Pero también es casi un segundo hogar, no sólo por la cantidad de horas que paso ahí, sino porque es agradable, invita a quedarse, a encontrarse con amigos o compañeros de clase para charlar y tomar algo. Fuera del campus, Sydney es una ciudad muy extendida, que vale la pena conocer. Tiene espacio para los que prefieren un paseo por un parque cerca del agua y para los que prefieren las emociones más fuertes, para los deportistas y para los que se dedican más a la vida nocturna. La gente es amable y bien predispuesta, encontrar un grupo de amigos es solo cuestión de estar abierto a conocer gente de todas partes del mundo.