En busca de un cambio en mi vida y con ganas de seguir estudiando, me emprendí en un proyecto sin saber muy bien lo que hacía. En el 2010, me fui a Australia y hoy les puedo asegurar, ¡fue la mejor decisión que tomé en mi vida!
¿Por dónde empezar? Melbourne, una ciudad interesante por demás. Llena de cultura, cada rincón esconde algo por descubrir. Creo que una palabra describe lo que sentí cuando llegué, diversidad. Distintos acentos, colores, estilos, religiones, culturas… Todos viviendo en un mismo lugar y en armonía. Una sociedad abierta a recibir lo nuevo y diferente, por lo que me sentí muy cómoda y casi en familia desde el principio.
Mi experiencia estudiando en La Trobe University fue muy enriquecedora a nivel profesional, académico y personal. Al enfrentarme a un estilo de educación diferente y a un idioma distinto, tuve que desarrollar habilidades nuevas y recuperar otras que habían quedado en mi memoria. Por ejemplo, acostumbrada a los exámenes orales, tuve que reacomodar mi estilo de estudio para poder volcar mis conocimientos por escrito y en inglés. A su vez, el máster me ayudó a profundizar en mis habilidades para la investigación y rever principios fundamentales de la terapia ocupacional. El compartir ese aprendizaje e intercambiar ideas con terapistas ocupacionales de distintas nacionalidades, edades y niveles de experiencia laboral, lo hizo aun más valioso. También, tuve la posibilidad de cursar materias de otras disciplinas como salud pública. Poder conocer las conexiones y áreas en común que existen entre las distintas profesiones de la salud fue más que interesante. Además, como Australia tiene un sistema de salud muy diferente al argentino, terapia ocupacional ocupa un rol mucho más desarrollado en diversas áreas de la salud. Por lo tanto, el máster me permitió ampliar mi visión sobre lo que puede aportar un terapista ocupacional al mundo de la salud.
A nivel humano, la universidad es excelente. Todo el personal educativo y especialmente los profesores, son muy receptivos hacia las necesidades de los alumnos, y se interesan por establecer un vínculo cercano con los mismos. Las clases son dinámicas, con variedad de actividades grupales y le prestan mucha atención al intercambio de ideas. Un estilo de enseñanza-aprendizaje flexible y novedoso, pero no por eso de menor calidad. Toman al alumno como un ser independiente, activo y con ideas propias, y lo preparan para ser un “reflective practitioner” en el futuro. Me sentí siempre escuchada y motivada a participar y opinar. También, como a todos los alumnos del máster, me ofrecieron la posibilidad de hacer “tutoring”, en este caso, para una materia de primer año de la carrera de terapia ocupacional. Por suerte dije que sí, porque fue una experiencia lindísima y muy gratificante.
Además, Australia y La Trobe University trajeron aires de amor a mi vida. Conocí a Liam (profesor de economía en la misma universidad), con quien me voy a casar en siete semanas y por ahora, pensamos vivir en Melbourne. Ya veremos qué otras cosas lindas me esperan en este país lleno de oportunidades.